sábado, 16 de febrero de 2013

Aperitivos para la mente 1: absurdos conflictos

Soy fanática de la risa. Me encanta reir con ganas y ver sonreir a las personas. A veces no nos vemos muy bonitos sonriendo, se arrugan narices, nacen las patas de gallo y todas esas otras breves transformaciones que afloran en nuestro rostro al reir. Pero no me rio de cualquier cosa, me gusta la buena comedia. Algunos fines de semana logro ver "El Club de la Comedia", un programa español que reúne a varios "monologueros" que preparan interesantes tópicos sobre la vida en España y las diferencias con el resto del mundo. Tal vez, a los españoles no les hace tanta gracia, pero muchas veces reflejan hábitos similares a los de los latinoamericanos. 

Uno de estos comediantes, es mi favorito, Goyo Jiménez, el compara la cultura americana que se proyecta a través de las películas con la cultura española. Con mucha gracia y tranquilidad, ilustra en uno de sus monólogos las diferencias entre la llegada a la luna por "Amstrong" y como hubiese sido un español en la luna. Y es muy similar, al comportamiento que por lo menos en mi país se expone. Realmente te saca una sonrisa, lo pueden ver en you tube, es excelente y es un ejemplo, de cómo las palabras modelan a la sociedad. Modelan los pensamientos y alimentan el subconsciente colectivo e individual. 

Gracias a Dios, nací en Venezuela, frase que tal vez algunos leerán, dada nuestra presente situación, como un chiste... pero; me gusta ser agradecida y pienso que hubiera sufrido mucho en otros países donde por nacer ya tienes un enemigo, ya deben saber de los conflictos entre jesuitas y musulmanes, ya que han pasado en ese pleito unas cuantas décadas.

En mi país, los medios de comunicación llegaron para quedarse e implantarse en el lenguaje, en la mesa de la comida y hasta frente a la cama. No existían suficientes bibliotecas en mi país, pero habían muchos televisores. Actualmente, hay una sola biblioteca grande en mi ciudad, pero hay millones de televisores de todo tipo, hd, pantalla plana, de los viejos; así como señales de suscripción, señal abierta, satelital, por internet. En fin, estamos conectadísimos con el mundo. Y vino el gobierno actual, este que tiene 14 años mandando, y formuló una ley de responsabilidad para radio y televisión,  que permitiera regular contenidos. El asunto es, que si no educas el espectador va a seguir eligiendo ver lo que no es positivo. El problema es, que si no hay bibliotecas, profesores que formen, modelos a seguir o un lenguaje apropiado en la calle, ¿Cómo crees que el niño, niña o adolescente va colocar el canal científico donde no entiende las palabras? 

Si escucha en su casa, en la calle, en el colegio insolencias, vulgaridad y falta de respeto ¿Cómo creen que puede hablar? ¿Qué va a aprender... Hemmingway, Uslar Pietri, Andrés Eloy Blanco? No, ahora el tema de los medios se convirtió en política; y por ende, todos sus beneficios y limitaciones. Los seres humanos somos complejos en general. Y cada vez, nos hacemos más complejos, ya que tenemos más conocimiento que procesar, más herencia que recodificar, más información errónea que rectificar. El secreto está en la elección, mantenernos sencillos o irnos a lo complicado. 

O como se puso de moda, en la década de los 80's para muchos; ser optimista o pesimista. Los pesimistas ahora se llaman realistas, y algunos optimistas se dicen oportunistas. Lo cierto es, que no se han sentado a leer de donde provienen estas palabras, ni su intención. El caso más discutido; el vaso medio lleno o medio vacio. No entiendo la discusión, el vaso está en la mitad. Son ganas de perder tiempo, en una discusión que no tiene sentido, si tomas un sorbo estará menos lleno, si viertes un poco de agua estará medio lleno, a 3/4; pero ¿Qué le ocurre a estas personas? Desde mi punto de vista, nos han estado entreteniendo durante años con información, sin transmitir conocimiento y mucho menos sabiduría. Muy pocos venezolanos, realmente se han atrevido a exponer lo que pensaban, desafortunadamente ya no están con nosotros. Y el asunto es, que seas optimista o pesimista, hay que admitir que el vaso está a la mitad, y en nuestro caso, que la política se está llevando lo mejor del país, nuestra esencia humana. 

Me consterna que el estado de salud de un presidente, un ser humano, (Que si ha de ser juzgado que sea por Dios y por aquellos a los que afectó directamente); es el blanco de los temas políticos, porque la estrategia de comunicación del gobierno es ocultar y con ello se siembra la desconfianza; y ¿Qué trae la desconfianza? separación, destrucción, división; y llegado el momento: No se puede tapar el sol con un dedo; el vaso sigue en la mitad. Hay problemas de fondo que no se están resolviendo. Seguimos centrando la atención en el afuera, en el televisor, en la radio, en Cuba, ¿Y qué ha pasado en Venezuela? ¿Qué ha pasado contigo? ¿Tienes más pensamientos creativos que destructivos? ¿Sientes misericordia por un hombre enfermo? ¿Te desagrada la edición de imágenes?. 

Hay mucho que analizar al respecto, pero sobre todo, necesitamos darnos cuenta, que aunque el vaso está a la mitad, si hay una discusión donde el pesimista (persona que cree en el  sufrimiento y dolor perpetuo) hace desgastar al optimista (persona que tiene la actitud para superar adversidades pese a los pronósticos) convierte a este último en un pesimista, porque lo hace sufrir. 

Para finalizar, una nota importante sobre estas dualidades es que una vertiente nació en reacción a la otra. Leibniz era un lógico, matemático, filósofo, que probablemente sentía pasión por la vida, tal vez tenía intereses que proteger, pero que dio muchas contribuciones al mundo entre ellas tenía la visión "de que tenemos el mejor mundo posible", en respuesta Voltaire, promotor de la diversidad de cultos y libertades, publicó una novela, una sátira francesa, donde criticaba la filosofía de Leibniz. Es decir, estamos varados en nociones del siglo XVII, cuando ya deberíamos estar valorando y escribiendo nuestras nuevas perspetivas y visiones del mundo, no desde el socialismo o capitalismo, ni desde dualidades sino como pluralidades inclusivas que tenemos un vaso a la mitad: Un mundo que aun tiene recursos, pero que está siendo afectado por el estilo de vida de la humanidad, del modelaje del lenguaje y de nuestros pensamientos. Así que lee, sigue leyendo, piensa y actúa en lo que tu sepas hacer, de ese modo, cuando se rompa el vaso lo habremos colocado en una vasija más amplia y el contenido no se perderá. O que si necesitas tomarte el agua, que por lo menos ya no tengas sed.